martes, 10 de junio de 2014

Future - (Reflexion)

Como ya comenté hace un par de días (si no han sido más) he abierto una nueva página, la cuál titulé como Reflexions. Como desde Blogger no se pueden escribir entradas en las páginas, sino que todo aparece en Home en el título de la entrada especificare que pertenece a esa sección. Al igual que en la página iré introduciendo los vínculos. Sin enrollarme mucho más voy al lío.



Future. Futuro. Esa palabra que tenemos tan normalizada en nuestro día a día pero que realmente no sabemos lo que es. Porque no hay nada está escrito, ni nada va a pasar a ciencia cierta. Lo único claro es el pasado y después, menos certero, tenemos el presente.

¿Cuántas veces pensamos en lo que será de nosotros en unos años?, ¿cuántas veces ideamos todo lo que queremos que ocurra? y, ¿cuántas veces no acaba ocurriendo ninguna?. Yo creo que miles. La cabeza no para de revolotear y pensar cosas que queremos, que nos agradan, e incluso cosas que detestaríamos.

El futuro no es nada más y nada menos que tan etéreo como el tiempo. Y es tan sencillo como que el futuro es el tiempo que aún falta por aparecer.

Estas cuestiones yo me las he preguntado muchas veces, pero siempre se repiten en un mismo momento de mi vida. Cuando me doy cuenta de que lo que quiero está cada vez más lejos de ser posible. Cuando veo que me he equivocado y ya no puedo echar marcha atrás. Porque el tiempo que tenemos solo nos da una oportunidad de actuar y no de reemplazarla.


Por eso mismo pienso que nosotros mismos somos los que creamos el camino de un laberinto, nuestro propio laberinto. En el cuál los sitios sin salida son errores que hemos cometido y que lo único que podemos hacer es aceptarlos y seguir buscando el camino. La meta no sabemos dónde está, aunque nosotros mismos nos pasamos mucho tiempo pensando que habrá al terminar el recorrido.

Y por último todas esas curvas y desvíos que tenemos en nuestro camino son decisiones. Decisiones que nos hacen alejarnos o acercarnos del final. Decisiones que tenemos que tomar en el momento, en el presente, y que para poder hacerlas necesitamos lo ya andado, nuestro pasado, y nuestras vidas imaginadas, el futuro que queremos o creemos poder alcanzar.

La longitud de nuestro laberinto solo depende de nosotros mismos, de nuestras aspiraciones, de nuestra ilusiones y de nuestros pasos. Pero a veces nos paramos a mirar lo que nos rodea, a reflexionar sobre lo ya ocurrido o incluso a construir nuestro futuro incierto. Pero otras veces solo nos preocupa seguir el camino aún sin saber a dónde nos llevará.

Y es en los momentos de fallo cuando nos damos cuenta de que tiempo no se detiene y que de andar en vano hemos ocupado la mayor parte de nuestras vidas, sin haber podido lograr algo que realmente nos hubiera valido la pena.

Así que no dejen de pensar en el futuro y en lo que quieren lograr, pero no se pasen el camino de sus vidas haciendo montañas de ilusión porque la vida corre. Sean conscientes de lo ocurrido y utilícenlo como arma para acercarse a sus ideas y tampoco se olviden de la ilusión. Que de ilusión cada vez estamos más faltos.

¡Tengan un buen viaje por vuestros laberintos de la vida y no teman a lo desconocido. Al FUTURO!